Los agresores también necesitan ayuda

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Los agresores también necesitan ayuda

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shutterstock_120558868Cuando hablamos de romper el silencio corremos el riesgo de tener una mirada unilateral sobre los casos de violencia. Esto porque estamos tentados a mirar solo a la víctima como alguien que necesita de apoyo y atención. Sin embargo, del otro lado están los agresores, que son seres humanos así como las víctimas, y gente que necesita recibir no solo la pena por el crimen, sino la ayuda profesional necesaria para su reintegración como ser humano capaz de convivir en armonía con las reglas de la sociedad.

¿Usted se detuvo a pensar en las razones por las cuales una persona llega a ser un violador, o un pedófilo, por ejemplo? ¿Ya se detuvo a pensar que por detrás de quien comete un crimen de violencia existe alguien que un día nació como un bebé, así como usted y yo, y que por razones que tal vez ni imaginamos, desarrolló hábitos de agresividad y de violación a las normas sociales?

Sí, por detrás de las malas intenciones, de las palabras rudas, de los golpes y de las bofetadas, existe una historia. Esa historia no justifica el mal que se hace, pero explica, al menos un poco, sobre su origen. Una historia que no es solo cronológica, sino en algunos casos biológica. Una historia que a veces contiene también escenas de violencia y dolor sufrido por este que ahora se volvió agresor. Cuando decimos “romper el silencio” no pensamos solo en colocar atrás de las rejas a los que comenten crímenes de violencia. Queremos romper el silencio por completo, incluyendo el silencio de los que no saben donde conseguir ayuda para cambiar esa forma violenta de ser. Queremos, también, actuar de manera preventiva, orientando a lãs víctimas a buscar la ayuda necesaria para que su futuro no sea de reproducción de los traumas de agresiones sufridas que, entre otras cosas, se manifiesta en nuevas formas de agresión.

Hoy, queremos romper el silencio sobre este asunto e invitarlo a usted a pensar más sobre la necesidad de ayuda profesional que tienen los agresores. Estos seres humanos, vistos con malos ojos por la sociedad, también carecen de ayuda y atención.