Una investigación realizada con la participación de 239 camioneros brasileros, verificó la percepción que estos participantes tenían respecto a la explotación sexual de niñas y adolescentes para la realización de programas sexuales. Muchos de ellos afirmaron que no tenían la costumbre de preguntar la edad de las jóvenes con las que salían y cuyos servicios sexuales contrataban.
Al ser interrogados sobre los motivos por los cuales las niñas y adolescentes son prostituidas, las principales respuestas dadas por los participantes fueron: necesidad financiera (39%), son explotadas por alguien (15,6%); a ellas les gusta tener sexo/ disfrutan (12,8%). Ellos mencionaron también, que en algunas regiones de Brasil (como Norte y Nordeste) el servicio sexual de niñas y adolescentes es más barato que en otros (como Sur y Sudeste). Un participante llegó a decir: “Ah, es el precio de un almuerzo.”
Al hablar sobre los motivos por los cuales los hombres prefieren tener sexo con niñas/adolescentes, las principales respuestas presentadas fueron: Por dar más excitación y placer (36,3%); “Por descarado, sin vergüenza en la cara, enfermedad” (21,5%); Sentirse poderoso/reafirmar la masculinidad (15,7%). La razón “fantasía/curiosidad” también fue mencionada pero por apenas 4,3% de los participantes. Según los investigadores, quedó muy marcada la asociación entre padrón de belleza y juventud. Los hombres que consumen este tipo de servicio parecen sentirse más hombres y hasta más orgullosos de la idea de poder tener relación sexual con muchachas jóvenes. Por eso dicen que hay más placer y excitación, como también refuerzo de la masculinidad. Por otro lado, hay quienes ven esta práctica como enfermiza.
Los investigadores preguntaron a los participantes que no habían salido con niñas y adolescentes, la razón por la cual no lo habían hecho. Las razones anotadas fueron: Sabe que es incorrecto/ es contrario (20,8%); Evitar problemas con la justicia (18,6%); No hay excitación (18%); Respeto por ser menores de edad/ son como las hijas y nietas (18%); Respeto por la esposa/fidelidad (12,6%); No tuvo oportunidad (6%); Miedo de enfermedades (3,3%); Miedo de ser difamado/falta de valor (2,7%). Estas respuestas demuestran que muchos no utilizaron servicios sexuales de niñas y adolescentes debido al miedo a las consecuencias, sea a través de la justicia, del medio social o aun contrayendo enfermedades. Esto demuestra la importancia de leyes rígidas en la lucha contra este tipo de crimen, ya que es en función de las consecuencias aplicadas por estas leyes que muchos no se involucran en esta práctica ilegal. Además, podemos notar que el fortalecimiento de lazos familiares es importante. Un hombre con vínculos familiares fuertes tiene mayor probabilidad de pensar en su esposa, en sus hijas y nietas al ser abordado por alguien que le ofrezca servicios sexuales.
Es evidente también la necesidad de un cambio cultural, de mentalidad, sobre el hecho de ser hombre o ser mujer. Una cultura machista en la cual el hombre cree tener derecho y hasta la obligación de tener experiencias sexuales con diferentes mujeres, incluyendo niñas y adolescentes, es una cultura que sustenta la explotación sexual de niñas y adolescentes. Cuestiones todavía más básicas, como educación y condición económica merecen no solo atención sino intervención política, para que, en algunos casos, niñas y adolescentes no se vean obligadas a ser prostituidas para ayudar en la economía familiar.
Referencia de la investigación citada:
MORAIS, N. A. et al. Exploração sexual comercial de crianças e adolescentes: um estudo com caminhoneiros brasileiros. Psicologia: Teoria e Pesquisa, v. 23, n. 3, p. 263-272, 2007.