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El alcohol ¿por qué no es bueno?

Muchas personas consumen bebidas alcohólicas y aparentemente no desarrollan problemas por eso. Sin embargo, una buena parte de la población que usa bebidas alcohólicas lo hace de manera abusiva y llega a sufrir dependencia. No toda bebida alcohólica posee la misma concentración de alcohol. Unos 40 ml de licor, por ejemplo, equivalen (con relación a la concentración de […]


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shutterstock_369114599Muchas personas consumen bebidas alcohólicas y aparentemente no desarrollan problemas por eso. Sin embargo, una buena parte de la población que usa bebidas alcohólicas lo hace de manera abusiva y llega a sufrir dependencia.

No toda bebida alcohólica posee la misma concentración de alcohol. Unos 40 ml de licor, por ejemplo, equivalen (con relación a la concentración de alcohol) en promedio a 340 mil de cerveza. De la misma forma, los niveles de alcohol en la sangre pueden variar de persona a persona, dependiendo del peso y del género. Las mujeres, por ejemplo, son más sensibles y alcanzan niveles más altos de concentración de alcohol en la sangre ingiriendo cantidades menores que los hombres.

Cerca del 90% del alcohol bebido es metabolizado en el hígado y transformado en una sustancia llamada acetaldehído. Esa sustancia puede afectar la presión arterial, los latidos cardíacos y causar rubor facial, nauseas, vómitos. Poco tiempo después de comenzar a beber, el alcohol que existe en las bebidas es absorbido y llevado por la sangre al cerebro y a prácticamente todos los órganos, afectando su funcionamiento. Los síntomas pueden variar desde un estado de euforia hasta el coma alcohólico o la muerte, dependiendo de la cantidad ingerida.

Muchos de los efectos del alcohol se manifiestan a largo plazo. Algunos de esos efectos son:

  • Disturbios neurológicos graves
  • Alteraciones de la memoria
  • Lesiones en el Sistema Nervioso Central (SNC)
  • Aumento del corazón
  • Arritmia cardíaca aguda
  • Aumento de la presión arterial
  • Hipertensión con riesgo de infarto
  • Gastritis
  • Úlceras
  • Cáncer (de boca, esófago, laringe y de faringe)
  • Esteatosis hepática
  • Hepatitis
  • Cirrosis hepática
  • Pancreatitis aguda

Además de provocar todos esos efectos sobre el cuerpo de quien bebe, el alcohol puede afectar también a quienes no lo ingieren. El consumo de alcohol por parte de mujeres embarazadas aumenta la posibilidad de desarrollar problemas de salud física y mental en el niño. Muchos casos de violencia doméstica ocurren cuando el agresor está bajo los efectos del alcohol. Es también bajo el efecto del alcohol que tantas personas ponen en riesgo su vida y la vida de otras en el tránsito.

A pesar de ser una droga legalizada, el alcohol no es tan bueno como parece. Sus efectos a corto y largo plazo pueden ser indeseados e irreversibles.

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