Cuando miramos los noticieros podemos ver alguna relación entre la violencia y el uso de drogas. Estamos acostumbrados a ver noticias, por ejemplo, sobre el trágico final de algunos adolescentes, jóvenes y adultos vinculados al tráfico de drogas, o sobre casos de violencia doméstica en el que el agresor está bajo los efectos del alcohol. En estos dos ejemplos, el consumo de drogas aparece como un factor que antecede a la violencia. Sin embargo, un estudio realizado en Brasil, el II LENAD (segundo análisis nacional sobre alcohol y drogas), mostró datos interesantes sobre otra relación entre la violencia y el uso de drogas.
“Estudios epidemiológicos mostraron una asociación positiva entre la exposición al abuso físico y psicológico en la infancia y un desenlace negativo en la salud física y emocional en la vida adulta, lo que sostiene la hipótesis de que las experiencias adversas precoces pueden llevar a un aumento significativo de la predisposición a la depresión y, principalmente, al uso problemático de sustancias psicotrópicas en la vida adulta. Nuestros datos corroboran esa hipótesis, ya que las estadísticas de ocurrencia del consumo de sustancias entre las víctimas de violencia precoz son significativamente superiores a las de la población en general. Se observó, por ejemplo, que más de la mitad de los consumidores de cocaína, y más de un tercio de los de marihuana, fueron víctimas de abuso infantil”, dice el informe de los resultados parciales del II LENAD, en la sección sobre violencia contra niños y adolescentes. Es posible, por lo tanto, que uno de los impactos de la violencia sufrida sea el posterior consumo de droga por parte de las víctimas, en la vida adulta.
Algunos otros datos señalados por el II LENAD fueron:
- Los adultos víctimas de violencia precoz tienen dos veces más de posibilidades de intento de suicidio;
- Con respecto a la explotación sexual infantil, más del 1% de la muestra informó haber recibido dinero para tener sexo antes de los 18 años de edad, lo que representa, en proporción, a más de un millón de brasileños. Al contrario de lo que se esperaba, la presencia de la prostitución precoz entre niños (1.6%) fue mayor que entre las niñas (1%).
- En cuanto a la violencia sexual en la infancia y adolescencia, el análisis mostró que más del 5% de la población adulta (mayores de 18 años) expresó haber sido víctima de abuso sexual (en la infancia o adolescencia), representando a cerca de 5 millones de brasileños. El abuso de niñas (7%) fue más alto que el de niños (3.4%). Estas cifras están por encima de los estimados que resultaban de estudios anteriores, algo que probablemente se debe al hecho de que la recolección de datos del II LENAD fueron de manera cerrada y con absoluto sigilo, y no en base a datos de denuncias o servicios de salud.
Datos como estos nos llaman la atención hacia la necesidad que tenemos de Rompiendo el silencio en el combate a la violencia.