Cuando era niña, recuerdo que en los videoclubs que estaban cerca de mi casa, había un área restringida, generalmente ponían una cortina, para señalar un lugar donde no se permitía la entrada de menores de edad. De acuerdo con lo que recuerdo, solo hombres (jóvenes y adultos) transitaban aquella área.
Hace poco me puse a pensar sobre lo que hace que un contenido sea apto solo para mayores de 18 años y prohibido para quien aún no había llegado a esa edad. ¿Llegar a una cierta edad significa que podemos tener acceso a determinados contenidos que hasta ese momento eran considerados inadecuados? ¿A partir de una edad “x” nuestro cerebro se blinda contra los perjuicios que ocasiona la exposición a ciertos contenidos?
Pensemos específicamente en la pornografía. El cerebro de un joven de 18 años ¿está en mejores condiciones que el de un joven de 17 para tratar directamente con contenidos pornográficos? ¿O será que los daños permanecen y solamente lo que cambia es el hecho de que ahora, en la mayoría de edad, este joven tiene la libertad de elegir experimentar o no esos daños?
En un artículo sobre el efecto de la pornografía en el cerebro, Matt Fradd le da un enfoque interesante al tema. Lo que para algunos se hace para hombres maduros, en realidad vuelve más infantil el cerebro de esos hombres. El argumento del autor sigue la siguiente línea: la parte delantera de nuestro cerebro, llamada corteza prefrontal, es la responsable, entre otras cosas, de la regulación de nuestro comportamiento y la toma de decisiones, con base en principios (morales). Esta área no está completamente madura en la infancia, pero se espera que esté bien madura ya en los individuos adultos. Sin embargo, el consumo constante de pornografía lleva a un debilitamiento de esta área, lo que la hace “inmadura” y al mismo tiempo perjudica algunas funciones como el control del comportamiento y la toma de decisiones. De esta manera, el autor considera que la mente adulta se infantiliza por el consumo de pornografía.
Los niños acostumbran a actuar por impulso, sin considerar las consecuencias que poseen ciertos actos. Actúan por pasión, por emoción. Los hombres que consumen pornografía también pueden actuar así. Esto genera varios problemas en el día a día, en diferentes áreas de la vida. pero además de los problemas que genera, esto indica que ni siquiera los mayores de 18 años están seguros frente a los contenidos pornográficos.