Llegué a apostar 700 reales (unos 150 dólares) y gané más de 6 mil en una sola vez. Pero nada se compara con lo que ya perdí”, relata Clara* (nombre ficticio), al describir su experiencia con los juegos de apuestas virtuales. Clara forma parte de un mundode casi 24 millones de brasileños que, según el Banco Central, participaron en juegos de azar en línea en los primeros ocho meses de 2024. Se estima que, en ese período, alrededor de 20 mil millones de reales (más de 3 mil millones de dólares) fueron movidos cada mes en esas plataformas. Y el escenario se repite en otros países de América del Sur. Datos de SimilarWeb muestran que, entre enero y diciembre de 2022, Brasil tuvo un aumento del 75% en las visitas a sitios de apuestas deportivas, liderando el mercado en el continente. En el mismo período, Perú registró un aumento del 44,6% y Chile, más del 100%.Clara cuenta que comenzó a apostar en 2023, luego de perder su empleo, lo que fue el primer desencadenante. “Otro desencadenante fue el intento de pagar mis deudas. Pensé que podría cambiar mi situación y la de mi familia con las ganancias. Pero todo fue cuesta abajo”, lamenta. La “buena fase” duró poco. Pocos meses después, ya no tenía ganancias, al contrario: estaba más endeudada. Clara recurrió a prestamistas, y estima que ya ha perdido más de 30 mil reales. Aun así, admite que no puede dejar de jugar.
¿Por qué alguien sigue apostando, aun sabiendo que está perdiendo todo?
La neurociencia ayuda a explicarlo. La psicóloga Rosángela Morais, especialista en dependencia química y maestranda en neurociencia, explica que la adicción es un trastorno de causas multifactoriales que afecta los circuitos de recompensa, memoria y motivación, generalmente asociado con el uso de sustancias. Pero el concepto no se limita a las drogas. “Ya sea una adicción química o no, algunos criterios para el diagnóstico son similares, como el deseo incontrolable de repetir el comportamiento y la presencia de síntomas de abstinencia cuando este se interrumpe”, aclara.Desde 2014, el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, el DSM-5, reconoce el Trastorno de Juego como un “comportamiento de juego problemático, persistente y recurrente, que causa sufrimiento o daño clínicamente significativo”. Rosángela destaca que esta descripción se asemeja al patrón observado en usuarios de alcohol o drogas, en los que las dosis aumentan en un intento por repetir los efectos iniciales, lo que consolida la dependencia. Los efectos de esta dependencia sobre el funcionamiento cerebral son amplios: “El córtex prefrontal comienza a tener dificultades para controlar los impulsos, llevando a decisiones irreflexivas y a la incapacidad de resistir el deseo de apostar, incluso frente a pérdidas. El hipocampo intensifica las memorias de ganancias yatenúa las de pérdidas, creando una percepción distorsionada de la realidad que alimenta la adicción”, explica. También menciona los cambios que ocurren en la amígdala cerebral. “Esta región se vuelve hiperactiva, generando ansiedad e irritabilidad en ausencia del juego, lo que lleva al individuo a buscar en las apuestas un alivio temporal para esas emociones”, detalla.
“Es, realmente, un alivio rápido, pero con un costo alto”, señala la psicóloga Paula Prado Cruz, especialista en Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Según ella, quien recurre a este tipo de alivio puede perder el contacto con lo que realmente importa. “Aparecen pensamientos del tipo ‘solo una vez más’, ‘ahora sí’, o ‘no puedo parar ahora’, y el individuo sigue creyendo que estos pensamientos son verdades absolutas. Este patrón puede ir desconectando, poco a poco, al individuo de sus valores más profundos: como el cuidado de la salud, las relaciones significativas o la estabilidad financiera”, agrega.Estudios refuerzan las observacionesde las especialistas y el relato de Clara. Según una investigación del Instituto Locomotiva publicada en 2024, 42% de los brasileños que apuestan en línea lo hacen como una forma de escapar de problemas o emociones negativas. Más de la mitad reportan ansiedad (51%), además de estrés (26%) y culpa (23%) después de jugar. Entre los entrevistados, el 37% admite haber utilizado dinero destinado a gastos importantes para apostar.. Es lo que le ocurre a Clara. “Después de perder lo poco que me quedaba, sentí unagran ansiedad, tristeza y desánimo.”, describe. También relata que, cuando tiene ganas de parar, el impulso que la lleva a intentar una vez más se reaviva en su mente. “Si tengo dinero en efectivo, viene este desencadenante de hacer más dinero. Confieso, es siempre el mismo pensamiento: aumentar mis ingresos para pagar las deudas. ¿Y qué pasa? Pierdo todo”, cuenta.
Tratamiento: el camino hacia la recuperación
Para salir del ciclo, de pérdidas y nuevas apuestas, reforzado por la adicción, la psicóloga especialista en dependencia química Rosángela Moraes señala que, como en cualquier trastorno mental, es fundamental que el individuo busque ayuda lo antes posible. Explica que el tratamiento de este trastorno sigue un enfoque similar al utilizado en otros tiposde adicción, combinando psicoterapia y, en ciertas situaciones, el uso de medicamentos.En psicoterapia, uno de los pilares del tratamiento, según la psicóloga especialista en ACT, Paula Prado Cruz, es el proceso de desfusionar, es decir, ‘despegar’ al paciente de los pensamientos que lo impulsan a jugar. “Partimos de la comprensión de que apostar no es solo un problema de autocontrol, sino una forma que la persona encontró de lidiar con su sufrimiento interno. El foco de la psicoterapia no es castigar ni extinguir el comportamiento, sino ampliar la conciencia sobre lo que está detrás de él”, explica. Con esto, las decisiones pasan a ser menos automáticas y más conscientes, fortaleciendo un camino de recuperación con sentido.La salida existe, pero los estudios muestran que los apostadores pueden tardar en buscarla. “Según el coordinador del Programa Ambulatorio de Juego Patológico (Pro-Amjo) de la USP, los jugadores compulsivos tardan, en promedio, una década en buscar ayuda profesional”, señala Rosángela. También menciona que alrededor del 50% logra dejar el juego de forma definitiva. “La otra mitad sigue jugando y tiende a empeorar, especialmente cuando no hay un tratamiento adecuado”, aclara.
¿La familia puede ayudar?
Del otro lado de la cuestión están, muchas veces, la familia y las personas cercanas a los apostadores, quienes también sufren con el problema y, generalmente, no saben cómo lidiar con él. El técnico en mantenimiento industrial, Kaio Mateus, vio cómo su matrimonio se deterioraba a causa del vicio de su esposa en las apuestas. Él cuenta que todo comenzó después que tuvieron un bebé, cuando ya estaban casados hace cinco años. “Al principio, ella me informó que estaba jugando, pero poco. Sacaba 50 o 60 reales del presupuesto. Ella vio que tendría una ‘buena ganancia’ y siguió. Pero, me di cuenta de que eso ya no era solo un juego cuando vi que pasaba la noche jugando”, relata.Para quienes enfrentan una situación similar, la psicóloga Paula Prado Cruz sugiere un enfoque diferente al confrontamiento. “Puede ser más útil abrir un espacio para conversaciones sin juicios, que ayuden a la persona a percibir el impacto del vicio en áreas importantes de la vida como las relaciones, los planes a futuro o los propios valores”, explica. Ella sugiere hacer preguntas como: “¿esto te está alejando de lo que realmente importa?” o “¿cómo te gustaría que fuera tu vida dentro de un año?”. Paula también aclara que la resistencia al tratamiento, o incluso la dificultad de ver el juego como un problema, no son, necesariamente, señales de mala voluntad. Pueden ser, en realidad, formas de protección psicológica ante el dolor, la culpa o el miedo al cambio. El objetivo de este enfoque empático es, por lo tanto, estimular reflexiones más profundas, en lugar de reacciones defensivas. “El primer paso no es convencer, sino crear seguridad para que la persona pueda mirar el problema con más honestidad y menos miedo, con menos juicio y más curiosidad sobre lo que está sucediendo”, complementa.Sin embargo, esto no significa minimizar la gravedad del problema. Según explica Paula, la familia puede tener un papel fundamental en la recuperación, pero es esencial que el apoyo esté acompañado de límites claros y basados en valores. Ella deja claro que ayudar no es evitar el sufrimiento de la persona a cualquier costo, sino estar presente con firmeza y afecto, ofreciendo apoyo sin alimentar el ciclo del vicio. “Esto significa evitar actitudes como encubrir las consecuencias de las apuestas. También no se debe asumir responsabilidades que le corresponden a la propia persona ni controlarla de manera excesiva”, señala. Y finaliza: “Estar al lado no es lo mismo que cargar a la persona en brazos: es caminar juntos, incluso cuando el camino sea difícil”.
Cómo proteger el patrimonio familiar
En la historia de Kaio, la situación en casa se volvió insostenible. Él cuenta que intentó ayudar a su esposa a buscar ayuda e incluso llegaron a hablar sobre el tratamiento. “Ella visitó una clínica psiquiátrica y siguió un tratamiento médico con ellos. Pero tengo la impresión de que todo fue una fachada, porque ella no se arrepiente de nada de lo que hizo”, lamenta Kaio. En su caso, además del sufrimiento emocional, el vicio de su esposa causó un gran impacto financiero. “Perdimos todas las cosas que habíamos construido. Debido al vicio, oculto para mí, ella tomó dinero de tres prestamistas. Cuando descubrí el primero, tuve que entregar el coche para cubrir la deuda. Días después, descubrí el segundo, fue cuando nos separamos. Luego, cuando ya estábamos separados, descubrí que ella había vendido nuestro departamento a precio de costo y hecho el contrato sola, con el escribano”, relata.
La abogada especialista en Derecho Civil, Larissa Reis, quien trabaja con énfasis en el derecho de familia, afirma que casoscomo este han sido cada vez más comunes. Ella explica que, hoy en día, el derecho de familia intenta enfatizar el vínculo afectivo entre las personas como el principal elemento jurídico en estas relaciones. Sin embargo, aclara que es imposible desconsiderar las cuestiones patrimoniales. “Estas han estado, y siempre estarán presentes y, de cierta forma, serán centrales en las relaciones, después de todo, no hacemos nada sin dinero. Lo que se espera de un matrimonio, por ejemplo, es una construcción conjuntapara el futuro, planes, estrategias, esfuerzo común. El vicio en los juegos entra como un verdadero destructor de estos planes”, declara.Desde el punto de vista jurídico, Larissa informa que existen diversas medidas que se pueden tomar para la protecciónpatrimonial de la familia, dependiendo de qué miembro de la familia esté involucrado en las apuestas. Considerando, por ejemplo, que sea uno de los cónyuges, ella señala que el primer paso es verificar cuál es el régimen de bienes del matrimonio. “El régimen de bienes más utilizado en Brasil es el de comunión parcial, en el que todos los bienes adquiridos después del matrimonio se comunican en la proporción de 50% para cada uno de los cónyuges. En caso del vicio en apuestas, sería una opción válida considerar la modificación de este régimen al de separación de bienes, para proteger el patrimonio de la familia”, explica.Otras medidas pueden tomarse, dependiendo de los detalles específicos de cada caso. “Las alternativas pueden variar según el tipo y el tamaño del patrimonio de la familia, abarcando incluso medidas de planificación sucesoria. Una posibilidad es el bloqueo de cuentas o bienes. Otra medida es la interdicción parcial”, menciona Larissa. En el caso de la interdicción, Larissa explica que se tratade una medida judicial que restringe parcialmente la capacidad civil de la persona. “Permite que el individuo siga teniendo autonomía y plenos derechos en las demás áreas de la vida, pero reciba protección y representación en las áreas en las que hay riesgo de perjuicio para él o para los demás”, detalla. La familia o el Ministerio Público pueden presentar este tipo de acción.A lo largo del proceso, Larissa aclara que será necesario presentar pruebas de lo que se alega, en este caso, del vicio de la persona y lo mucho que esto la perjudica a ella y a su familia, además de un informe médico o psicológico. “Al final, se nombra un curador, que cuidará de los aspectos delimitados en la interdicción parcial mediante la sentencia. Este curador puede ser un miembro de la familia o alguien de confianza, y deberá rendir cuentas de su administración”, explica. Larissa enfatiza que la interdicción no es perpetua, es decir, puede ser revisada o revocada si la persona se recupera. También subraya la importancia de que las familias, además de las medidas jurídicas, busquen medidas psicosociales, como terapia familiar y sesiones de mediación con profesionales especializados.
La recaída es un desvío, no el fin del camino
A pesar de todo el apoyo jurídico, médico, familiar y psicológico, es importante destacar que el tratamiento para el trastorno de juego no es fácil y puede implicar recaídas.
“Entendemos que la recaída ocurre muchas veces cuando la persona intenta escapar del malestar emocional, volviendo al comportamiento antiguo”, explica Paula Prado Cruz, psicóloga especialista en Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Ella detalla que los desencadenantes más comunes involucran estados emocionales difíciles, como estrés, frustración, aburrimiento o soledad, además de situaciones externas, como el fácil acceso a los sitios de apuestas, recuerdos de ganancias pasadas o conversaciones con amigos que todavía apuestan. Para evitarla, es importante reconocer los desencadenantes y, más aún, desarrollar nuevas formas de responder a ellos. “La persona puede recordar lo que realmente importa para ella, como reconstruir la confianza de la familia o retomar sus proyectos de vida y elegir una acción más alineada con esos valores, como llamar a alguien de confianza o involucrarse en una actividad que le dé sentido. Así es como la libertad comienza a tomar el lugar de la adicción”, aclara.Paula también enfatiza que la recaída no significa fracaso, sino que puede verse como parte del proceso de cambio. “En ACT, tratamos la recaída, no como un error que debe ser castigado, sino como un desvío en el camino. En lugar de reforzar la culpa o la vergüenza, el enfoque está en ayudar a la persona a observar con amabilidad lo que sucedió, qué desencadenantes estaban presentes y cómo puede prepararse mejor para situaciones futuras”, detalla. Ella explica que este tipo de enfoque fortalece la autocompasión y ayuda a la persona a mantener el compromiso con el cambio, incluso frente a los tropiezos. La especialista en dependencia química Rosângela Morais comparte esta comprensión y resalta la importancia de tener paciencia en el proceso. “Un principio ampliamente difundido entre los profesionales que trabajan con dependencias es: ‘así como nadie se convierte en dependiente de la noche a la mañana, tampoco se supera este problema en poco tiempo’, complementa.Para Kaio, lamentablemente, la historia no tuvo un final feliz. Hoy, cuando mira todo lo que sucedió en su matrimonio, señala lo que haría si pudiera volver al pasado: “Me gustaría haber tenido la actitud de no haberla dejado jugar ni un minuto”. Por otro lado, Clara, que compartió su experiencia al principio del reportaje, considera que el desenlace aún está por verse. Ella dice que aceptó dar la entrevista porque tiene la esperanza de que hablar sobre el tema la impulse a poner en práctica el plan para salir de los juegos y de las deudas. Y agrega otra razón para hablar: el deseo de que su relato sirva como una alerta, para que otras personas conozcan los riesgos de los juegos de apuestas online y aprendan de los errores que ella cometió. “Deseo que, con mi historia, la gente sea consciente de que nunca ganarás con esto, solo tendrás la destrucción de tu mente, de tu familia y de tus finanzas”, finaliza.
Fuentes
https://static.poder360.com.br/2024/08/Locomotiva-pesquisa-apostas-e-saude-mental-ago-2024.pdf