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MAMÁ, ¿CÓMO NACEN LOS BEBÉS?

Educar sexualmente a los niños es nuestra responsabilidad y nunca debe ser transferida.


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Hace algunos años, fui a hacer las compras con mi familia a un supermercado. Cuando estábamos en la fila de la caja, mi hijo menor, que tenía 6 años, vio algunos paquetes que llamaron su atención: preservativos. Curioso, él disparó: “Mamá, ¿qué es eso?”

¿Cuántos de nosotros no pasamos por momentos desconcertantes como ese? Es inevitable. Tarde o temprano, los niños tienen ese tipo de dudas y, generalmente, nos toman por sorpresa. Sin embargo, como padres/cuidadores, necesitamos estar abiertos a esos abordajes. Al fin y al cabo, educar sexualmente a los niños es nuestra responsabilidad y nunca debe ser transferida. Pero, ¿cómo se debe responder a esas preguntas tan repentinas y vergonzosas?

En primer lugar, nunca mienta ni reaccione de manera desproporcionada. Esto es importante para la seguridad de los niños, que necesitan confiar en usted para poder hablar de cualquier tema, inclusive sobre sexo. No les dé respuestas fantasiosas, no se preocupe y, principalmente, no reprenda. Si no se sienten seguros con usted, los niños buscarán las respuestas en otro lugar, y casi nunca serán respuestas adecuadas. Esconder ese tipo de duda de usted los pondrá en una situación de riesgo y vulnerabilidad.

En segundo lugar, es importante decir que la educación sexual no ocurre de manera aislada. Por lo tanto, al hablar sobre sexualidad con niños, tenga como base los valores morales que desea que los niños desarrollen. Cuando le enseñamos a los niños, por ejemplo, cómo nacen los bebés, tenemos también la oportunidad y el deber de inculcar, desde pequeños, los principios que deberán regir su sexualidad en el futuro: pureza, respeto por el otro, además de obediencia a Dios y a su ley, que dice que hay un momento adecuado para el sexo.

Para una educación sexual adecuada:
• Enseñe que cada órgano del cuerpo fue creado por Dios. Por eso todos los órganos son bellos e importantes.
• No tenga vergüenza de llamar a los órganos genitales por sus nombres: pene y vagina. ¡Nada de apellidos!
• Responda solo lo necesario, principalmente con niños hasta los cinco años. Usted puede devolver la pregunta de ellos con otra pregunta, por ejemplo. Es importante percibir cual es el nivel de curiosidad del niño.
• Después de los seis años, si el niño nunca hizo una pregunta sobre el asunto, es su deber introducir el tema. La falta de preguntas puede ser falta de curiosidad, pero también puede significar que está buscando o recibiendo la información en otros lugares. Sondee a su hijo/a y asegúrese de que aprenda sobre sexo solo con usted.
• Enséñele sobre los cambios en el cuerpo, inclusive a los del cuerpo del sexo opuesto. Oriente tanto a los varones como a las nenas sobre la menstruación, el crecimiento de las mamas,el crecimiento del bello, hormonas, cambios en la voz, crecimiento del pene, etc.
• Explique a los niños sobre crímenes como el abuso sexual y pedofilia. Ese conocimiento puede protegerlos de una situación de riesgo. Dígales que nadie puede tocar sus partes íntimas y que deben contarle si alguien lo hace.
Algunos cuidados son necesarios para la prevención del abuso:
• Evite desnudarse frente al niño. La relación con los niños necesita ser cercana y afectuosa, pero jamás se debe perder de vista que es una relación de jerarquía. La desnudez frente a ellos puede comprometer su posición de autoridad, además de traer graves riesgos a la salud mental y sexual de los niños.
• Evite que los niños duerman en el cuarto de la pareja. Los niños debe dormir en su propio cuarto.
• Esté atento a los niños que duermen en el mismo cuarto y, aun en algunos casos, durmiendo en la misma cama. Observe también a niños un poco más grandes que juegan o cuidan a niños menores. Entre los 4 y los 10 años de edad, ocurre la llamada fase de los “juegos sexuales”. Es ese periodo, es natural que se despierte la curiosidad por el cuerpo del otro. Es necesario estar atento para no dar la oportunidad para que ese contacto ocurra.
• Evite dejar a los niños desnudos o semidesnudos frente a otros. Enséñeles a tener respeto por su propio cuerpo y noción de pudor y privacidad.
• Oriéntelos sobre no sentarse en el regazo y no aceptar regalos ni alimentos de personas extrañas. La pregunta que hizo mi hijo fue respondida clara y tranquilamente. Yo abrí un paquete de preservativos y le mostré el objeto. Le expliqué que lo utilizaban los hombres adultos cuando iban a enamorar a sus esposas para que ellas no quedaran embarazadas o se enfermaran. Él entendió y no tocó más el asunto. Hoy tiene 19 años y está bien orientado.

Es posible que después de haber leído todas las orientaciones usted piense: “¡Vaya! ¡Cuántas tonteras hice o estoy haciendo!”. No se culpe por eso. No nacemos sabiendo. Somos el fruto de la educación que recibimos, hicimos lo mejor que fuimos capaces de hacer hasta ahora. Si este asunto es difícil para usted, admita para sí y para los niños que usted no sabe. Sea sincero con ellos y trate de aprender. Juntos, pueden buscar orientación de personas de confianza, como la pediatra, la psicóloga de la escuela o de algún otro profesional de la salud.

Aún es tiempo de aprender y hacer las cosas de forma diferente.

Isabel Passos
Psicoterapeuta Sistemica de Casal e Família
Terapeuta Sexual Sistêmica

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