La importancia de la educación sexual en el ambiente religioso

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La importancia de la educación sexual en el ambiente religioso

¿Cómo puede enseñarse la educación sexual en el contexto cristiano y por qué ese tema se vuelve relevante en nuestros días?

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Las cuestiones de salud de los niños y adolescentes necesitan ser objeto de diálogos clarificadores por parte de sus familias y otras instituciones que sean de apoyo, como las iglesias. (Foto: Shutterrstock)

La salud sexual tiene una relación muy cercana con la educación sexual. En una entrevista con la Agencia Adventista Sudamericana de Noticias (ASN), en 2023, la especialista Patrícia Schettert explicaba que “los problemas sexuales se pueden presentar desde la infancia, no solo en la fase adulta. Por eso, es importante la educación sexual a partir de una perspectiva cristiana”. 

El tema de la educación sexual, sin embargo, todavía se caracteriza por preconceptos y temores, tanto por parte de las familias como por parte de las escuelas. Pero en la actualidad, la necesidad de una educación basada en conceptos cristianos ha sido motivo de preocupación de muchos padres y responsables. La idea es que esa educación sexual basada en una concepción cristiana y bíblica no sea sustituida por elementos como la pornografía o incluso la educación destituida de tales valores. 

Por eso, resolvimos conversar sobre los desafíos de este tipo de orientación en el contexto religioso con Salete Ríos. Ella es médica ginecóloga, mastóloga, con un posgrado en Salud Púbica por la Universidad de Loma Linda, Estados Unidos y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Brasilia (UNB). Es autora del libro Movidos@Internet (Casa Publicadora Brasileña)

Perspectiva bíblica 

¿Cómo la educación sexual puede ayudar a los jóvenes, especialmente desde una perspectiva bíblica cristiana, a desarrollar relaciones saludables y a entender la importancia del cuidado del cuerpo, el consentimiento y el respeto mutuo? 

La educación sexual, respetando la edad y el nivel de comprensión del niño/adolescente, ayuda al joven a comprender mejor el funcionamiento del cuerpo, del aparato hormonal y su desarrollo integral. También orienta sobre la importancia de una sexualidad saludable en la construcción del autoconcepto y la autopercepción, pues la conciencia de la propia sexualidad se forma durante ese período. En la adolescencia, el cuerpo sufre una rápida maduración, muchas veces no acompañada de la cognición; y eso suele aumentar la posibilidad de comportamientos sexuales de riesgo o no deseados. 

La educación sexual ayuda a entender mejor esos desafíos, y a reconocer precozmente las situaciones en las que hay una chance de pueda ocurrir un abuso sexual. Durante la adolescencia se forma una identidad propia y se inician los vínculos amorosos, por lo tanto, ese conocimiento es esencial para que el joven desarrolle relaciones saludables de respeto mutuo y una identidad propia y feliz.  

⁠Salud 

¿Cómo puede influenciar la educación sexual en la salud reproductiva de los jóvenes, especialmente con relación a la prevención de ITS (infecciones de transmisión sexual) y situaciones de embarazo no deseado? 

El joven debería recibir información de fuentes confiables sobre los riesgos del embarazo no deseado y de infecciones de transmisión sexual. La Biblia enseña que la herencia de los padres son los hijos y yo suelo decir que un hijo es el mayor regalo que Dios nos da. Sin embargo, cuando los hijos llegan a la adolescencia, una fase en la que todavía estudian, estos no poseen una autonomía financiera. En ese período de sus vidas, deben enfrentar una serie de proyectos para realizar, y un embarazo no deseado dificulta bastante la vida.  

Además, las infecciones de transmisión sexual pueden llevar a complicaciones graves, como neoplasias, infertilidad e incluso la muerte. El VPH, la ITS más frecuente, puede causar el cáncer de cuello de útero y neoplasia genital masculina con riesgo de amputación. El SIDA puede matar, la clamidia obstruye las trompas, llevando a la esterilidad y la sífilis puede resultar en complicaciones neurológicas, cardiovasculares y malas formaciones fetales. 

Cambios corporales 

¿Cuáles son los principales cambios corporales que ocurren durante la pubertad y cómo la educación sexual puede ayudar a los jóvenes a luchar con esos cambios de manera positiva?  

La pubertad es un período de cambios dramáticos, tanto físicos como hormonales y emocionales. Desde el punto de vista físico, la hormona GnRH da inicio al desarrollo puberal. Esta estimula la glándula hipófisis a liberar el FSH y LH que, en los ovarios y testículos, dirigirán la producción de hormonas como el estrógeno en las niñas y la testosterona en los varones. Todo eso está asociado a las hormonas de la glándula suprarrenal, que llevará al desarrollo de los caracteres sexuales secundarios a saber: pilificación (crecimiento de pelos) axilar y genital, mamas en las niñas, modificación de la voz en los niños, y al desarrollo final de la genitalia y los órganos reproductores.  

Además, esa también es una fase de muchos interrogantes. Es el momento en el que el adolescente se va autoafirmando, y también se pregunta: ¿Quién soy? ¿Soy normal? ¿A dónde pertenezco? En esa fase, el bullying es especialmente dañino, pues el joven tiende a creer en todo lo que dicen sobre él y hasta a ampliar esas críticas internamente. Además, es un período en el que aumenta dramáticamente el riesgo de enfermedades mentales. Es el momento en el que aumentan los enfrentamientos ideológicos con los familiares. Los padres deben entender que eso es parte y mostrarles su amor, respeto y apoyo incondicional. Es cuando, más que nunca, los jóvenes necesitan desesperadamente el apoyo para mantener su identidad propia.  

Por lo tanto, es muy importante orientar al adolescente sobre los cambios físicos y emocionales por medio de una educación sexual adecuada. Con eso él sabrá que tendrá el apoyo de las personas que lo aman incondicionalmente y que sostendrán su mano para atravesar el período complejo. Finalmente, se sentirá mejor preparado para enfrentar los cambios físicos y emocionales y sabrá a quien recurrir en los momentos más desafiantes. 

Apoyo de las iglesias 

¿Cómo las iglesias podrían ayudar a más niños, adolescentes y jóvenes a ser educados sexualmente de una forma sana, y al mismo tiempo, realista en un contexto con tantas visiones sobre la sexualidad, algunas de ellas que están lejos de los principios bíblicos? 

Su pregunta es muy interesante, ya que al mismo tiempo que disponemos de los principios bíblicos, vemos una realidad contrastante y avasalladora entrando diariamente en nuestros hogares por influencia de Internet. ¿Cómo tratar con esa situación? La iglesia tiene un papel fundamental y puede actuar por medio de los padres, las escuelas, los grupos de jóvenes como Conquistadores, libros, medios de comunicación, etc. La iglesia debe dirigir esta orquesta al orientar a los jóvenes, y también a los padres y responsables, como profesores y mentores, sobre la importancia del diálogo y de la información correcta pasada con amor y respeto sobre la educación sexual. Hoy, en Internet tenemos mucha información sobre la sexualidad que no es la mejor. Confunde más de lo que ayuda en la formación de niños y adolescentes. Los jóvenes necesitan saber sobre esa influencia terrible y sobre el poder que tales medios tienen de cambiar la forma como piensan, muchas veces intentando anular los principios cristianos. 

Además, la presión de grupo, incluyendo los grupos en las redes sociales, poseen un poder inconmensurable en esa fase de la vida del joven. Muchos de ellos suelen escuchar a los amigos e intentan imitarlos. Es necesario que sean alertados todo el tiempo sobre los riesgos. A pesar de que, muchas veces, como padres, tenemos la sensación de que no nos escuchan, es bueno resaltar que ellos sí nos escuchan, y mucho. Lo ideal sería que los padres o responsables dialogaran constantemente al respecto. 

La idea es intentar neutralizar la acción dañina de las influencias del grupo en temas que no se adecúan con los principios bíblicos enseñados a los jóvenes. Claro que eso debe hacerse siempre con mucho amor y empatía, y especialmente con el ejemplo. Es difícil para el joven formar su identidad y tener la percepción de lo que es correcto cuando tiene un padre abusivo, que agrede físicamente a su madre o una madre que no respeta sistemáticamente a su padre. El diálogo debe ser abierto y amoroso, inclusive verbalizando diariamente que lo ama incondicionalmente, mostrando así el camino a seguir con claridad. No puede fallar la presencia constante y el compañerismo real de los padres y de la familia. Finalmente, necesitamos contar totalmente con la ayuda de nuestro Padre celestial en este proceso, y la oración es fundamental y debe ser incesante. Creo que Dios nos orientará en la tarea linda y compleja de ayudar a nuestros hijos a desarrollarse plenamente. ¡Con él seremos vencedores! 

>> Repost: noticias.adventistas.org | Por Felipe Lemos 


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