¿Alguna vez te sentiste amenazado y menospreciado? ¿Conoces a alguien quehaya sido intimidado, manipulado, avergonzado, humillado y vigilado constantemente?
Independientemente de tu respuesta,activa tu señal de alerta ante la violencia psicológica.

Aparentemente invisible, este tipo de abuso es sutil y traicionero. La víctima no siempre lo percibe, y el agresor muchas veces lo niega y lo justifica como cuidado. Pero la violencia psicológica es real, tiene un efecto devastador, limita el desarrollo y compromete la realización personal. Aunque silenciosa, sus índices en las investigaciones son más alarmantes que los de la violencia física. Esto se debe a que el abuso psicológico suele preceder al abuso físico y deja marcas profundas en el alma.

No hace mucho tiempo, vi los resultados de la violencia psicológica en larutina de Bia (pseudónimo), una profesional talentosa que vivió este tipo de sufrimiento en el trabajo durante dos años. Ella escuchaba palabras duras por parte desu jefe, quien tenía la costumbre de dirigirse a ella con una actitud intimidante.

Bia soportó humillaciones e insultos, porque temía perder el empleo. Después de vivir repetidamente el miedo y la desesperación, comenzó a experimentar ansiedad, insomnio, taquicardia y un proceso depresivo que agotó su alegría de vivir. Como su hermana insistió, Bia buscó ayuda psicológica. Sin embargo, la recuperación llegó recién después de un año de intervención profesional, proceso que le mostró que era posible romper aquel ciclo de violencia y ver luz al final del túnel.

Muchas personas se transforman en rehenes de la violencia psicológica porque dependen emocional y/o financieramente del agresor. Por lo tanto, mujeres, niños y ancianos son los más afectados por este tipo de abuso. Por eso, al percibir que alguien está en peligro, es importante acercarse con cuidado, acogerlo, buscar entablar un diálogo e indicar ayuda profesional. Pero, si eres tú quien lo está experimentando, ¡no dudes y denuncia! El silencio puede costarte la vida.

En la Biblia, el texto de Isaías 1:17 (NVI) nos desafía: “¡Aprendan a hacer el bien! ¡Busquen la justicia y reprendan al opresor!” Hay que recordar que hacer el bien es algo que se aprende y que comienza en casa. Desde hace veinte años, la campaña Basta de silencio ayuda en el combate contra la violencia y en la construcción de familias emocionalmente más saludables. Ya sea que vivas en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú o Uruguay, que tu hogar sea un ambiente seguro y que sirva como refugio para tus familiares y para quienes lo necesiten. Que nuestra voz rompa el silencio en favor de los oprimidos. ¡Que haya más amor en
nuestra convivencia!

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JEANETE LIMA es educadora y coordinadora de la campaña Basta de silencio en Sudamérica.