Grito reprimido

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Grito reprimido

Luego de la pérdida de su bebé, Mirta enfrentó otra situación familiar muy difícil que logró superar gracias a la información de Basta de Silencio

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A lo largo de sus veinte años de existencia, el proyecto Basta de Silencio ayudó a reescribir historias de personas que vivieron días sombríos, angustiantes, de miedo y aflicción frente a variadas formas de violencia. Ahora comparten como, influenciadas por esa iniciativa, lograron comprender que las relaciones abusivas que sufrían debían terminar, y que aunque no pudieran borrar los episodios del pasado, tenían que superarlos.

Mirta construyó, con mucho esfuerzo, una pequeña casa para vivir con sus dos hijos luego de la separación del padre de ellos. Laura y Esteban tienen actualmente 15 y 19 años, y son su mayor alegría. 

Cuando su hija tenía 6 años, fue invitada por una compañera de su escuela a los encuentros de niños que se realizaban en la Iglesia Adventista. En ese entonces, Mirta no deseaba asistir a pesar de la invitación de los hermanos. 

Dos años después de su separación, Mirta formó una nueva pareja y tuvo un bebé, quien nació con problemas de salud y tristemente falleció. Su vida quedó golpeada, no lograba entender lo que les había pasado. 

Encuentros que cambiaron su vida 

Una noche, poco tiempo después, una amiga le entregó una invitación llamada: “Té de la amistad” para una reunión de damas en la Iglesia Adventista. Ella asistió y compartió un momento que alegró su corazón. 

Semanas después, fueron invitados a una charla de Basta de Silencio en la iglesia, el tema fue: “Grito reprimido”, donde se presentaron los diferentes tipos de abuso y la importancia de poder romper el silencio en caso de estar pasando por alguno de ellos. 

Pasadas unas tres semanas, su hija le contó algo que cambiaría su vida. Laura no estaba teniendo un buen comportamiento y a Mirta le estaba costando mucho poder dialogar y entender por qué actuaba de esa forma. Ese día fue diferente. Laura pudo abrir su corazón y contarle que su padrastro estaba intentando algún tipo de abuso con ella. Inmediatamente, Mirta creyó en la palabra de su hija y enfrentó la situación, siguiendo los pasos que les habían aconsejado en la charla. Ella rompió el vínculo con el marido en cuánto la situación de su hija salió a la luz. 

Esperanza para su familia 

Gracias a la ayuda de especialistas, su hija mejoró, y fue en ese momento que Mirta buscó a Dios y comenzó a estudiar la Biblia. La familia empezó a participar de las actividades de la Iglesia Adventista, y antes de terminar los estudios bíblicos, decidieron entregar sus vidas a Jesús, a través del bautismo. 

Mirta nos dice: “Agradezco a Dios por poner amigos que oraron por nosotros, y por los programas de la iglesia que nos ayudaron a cambiar y mejorar. Aprendí a amar, a depender de Jesús, y a esperar la vida eterna que Él tiene preparada para nosotros”. 

Ella continúa firme en su fe y activa en su iglesia, y como locutora de radio, se suma a la campaña compartiendo mensajes de la revista Basta de Silencio, ayudando a otras personas que pueden estar pasando por experiencias similares y enseñándoles del amor de Jesús.