Los números sobre la explotación sexual de mujeres (adultas y adolescentes) son impactantes. Según la investigación sobre el Tráfico de Mujeres, Niños y Adolescentes para Fines de Explotación Sexual Comercial (PESTRAF) de 2002 Brasil tenía (en la época de la investigación) 241 rutas de explotación (131 internacionales, 78 interestatales y 32 intermunicipales). Los principales destinos del exterior para el envío de mujeres y adolescentes eran países europeos. Según un relevamiento hecho en Brasil por la Secretaría de Derechos Humanos, fueron registradas 25.175 denuncias de explotación sexual contra niños y adolescentes en el período de 2005 a 2010, a través de Marque Denuncia – Marque 100.

Con respecto al turismo sexual, América Latina está entre las principales rutas elegidas por los turistas que pagan por la fantasía de una relación con nativas supuestamente exóticas y sexualmente más disponibles. Este tipo de crimen presenta una fuerte unión con el crimen organizado, el tráfico de personas y la explotación de niños y adolescentes.

Pero, ¿por qué niños, adolescentes y adultos se involucran en esquemas que explotan el sexo como fuente ilícita de dinero? Existen razones históricas, culturales, económicas y sociales que están asociadas de forma compleja a este tipo de explotación. Necesitamos considerar, por ejemplo, el pasado de colonización que también resultó en un histórico de explotación, y la supuesta idea de que el mercado del sexo puede ser una forma de salir de una situación económica precaria.

Un imaginario utópico alimentado por promesas que no se cumplen, de vivir una vida que apenas se imagina. ¿Quién no quiere una oportunidad de mejorar su condición de vida? Para mucha gente, esto puede no justificar la explotación sexual, sin embargo para algunos, que viven en un contexto de violencia y ni siquiera saben qué es tener derechos como ser humano, esa es una posibilidad con la cual muchas veces cuentan para apostar a un futuro mejor.

¿Y cómo cambiar esta realidad? El trabajo es arduo. Exige un cambio de perspectivas y de condiciones socio-económicas. Tal vez usted y yo poco podamos hacer para modificar este escenario; pero debemos aprovechar todas las oportunidades que tengamos para combatirlo, y unidos transformar la realidad poco a poco en la medida en que podamos.

Esto es lo que hacen algunas ONG’s por Brasil por ejemplo. Actúan en situaciones puntuales, como por ejemplo el proyecto Rompiendo el Silencio. Usted puede aprovechar oportunidades de combatir la violencia haciendo denuncias, participando de las campañas realizadas por las ONGs y por el proyecto Rompiendo el Silencio.

Si desea saber más sobre las ONGs que actúan combatiendo la violencia, y las razones que llevan a las niñas y mujeres a transformarse en objetos de explotación sexual, lea aquí la revista de la campaña Rompiendo el Silencio de este año.