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Probablemente esta no es la primera vez que usted, lector, lee un texto cuyo tema central es la palabra bullying. Esta palabra, que aparentemente está de moda, es ampliamente usada en Europa y Estados Unidos para definir acciones internacionales de violencia sicológica o física. Para la sicóloga Karyne Lima el tema recibe una atención especial, principalmente por los medios de comunicación, que incluso hacen creer que el tema es novedad.
Para el sicólogo Daniel Rodriguez Aurélio, no es prudente afirmar que los medios de comunicación estén estimulando la práctica del bullying debido a su intensa cobertura sobre el tema. Para ejemplificar, el sicólogo compara la explotación de este tema con la cobertura sobre casos de corrupción en la política nacional. No es que los políticos se volvieron más corruptos en los últimos años, según él. “Lo que sucedió fue que las denuncias están cada vez más presentes en la prensa”, completa. Y, tratándose de la explotación del tema bullying, la realidad para el sociólogo es parecida: hechos que antes eran guardados como secreto, hoy ganan conocimiento público.
Comportamiento. Esto ocurre, incluso, porque la sociedad actualmente vive en un contexto más flexible. “Tenemos una mayor apertura para informaciones y reflexiones sobre el tema bullying que han despertado creciente atención y preocupación, sobre todo en padres y educadores”, reflexiona Rodriguez. O sea, la sociedad ha abierto un espacio para discusiones sobre temas que antes, muchas veces, eran guardados como un secreto. La misma opinión es compartida por la sicóloga: “Este es un comportamiento que ya era común en la época de nuestros padres y abuelos, pero que era llamado de manera diferente por las personas de generaciones pasadas”, aclara Lima.
Por lo tanto, siendo un nombre conocido o no, la atención a los casos de violencia nunca está de más. “La existencia de una terminología no necesariamente indica una definición clara e incuestionable sobre qué es la práctica, cuáles son sus límites o cómo resolver el problema”, dice Rodriguez. Porque además existen otros tipos de violencia, que como Lima recuerda, son impactantes como el bullying. La sicóloga advierte que casos de humillación y coacción contra novatos en universidades, así como el asedio moral, muy frecuente en empresas, deben ser igualmente combatidos, incluso al recibir nomenclaturas no tan conocidas.
“Lo que necesita ser trabajado es la sensibilización del otro, y no simplemente la divulgación de lo que es bullying”, propone la sicóloga Aline Zeeberg. “Es necesario enfrentar al autor para que pida disculpas, colocarse en el lugar del otro, trabajar su propia autoestima”, añade. Y no solo eso. Zeeberg reprende a aquellos que no se manifiestan al tener conocimiento de que un colega sufre violencia. “Aquellos que miran, los espectadores, también deben sensibilizarse, o sea, deben ser responsables, de alguna manera, por lo que ven y no denuncian, y no ser meros indiferentes”, defiende.
Liane Feitosa es estudiante de periodismo del Centro Universitario Adventista - Campus Eng. Coelho.