Las relaciones familiares ejercen una fuerte influencia sobre el desarrollo de la autoimagen, del auto concepto y de la autoestima de cualquier persona. En las relaciones más íntimas establecemos, desde la infancia, qué aspectos importantes de nuestra personalidad, carácter, hábitos y salud mental serán desarrollados.

¿Qué influencias podría tener la mente de una persona que experimentó intimidación y bullying en la infancia, dentro del propio hogar? Un estudio longitudinal realizado por investigadores del Reino Unido y publicado en setiembre de 2014 en la revista científica Pediatrics [Pediatría] describe algunas de las influencias que recibieron sobre su salud mental los niños que fueron expuestos a este tipo de violencia.

Los investigadores estudiaron el desarrollo de la depresión, ansiedad y comportamientos de automutilación en jóvenes de 18 años que cuando tenían 12 años habían respondido en un estudio que sufrieron bullying en su hogar, practicado por los hermanos. Estos niños que habían relatado sufrir bullying, sufrieron más comúnmente agresiones no físicas, tales como ser llamados por determinados nombres (23,1%) o ridiculizados por sus hermanos (15,4%) varias veces en la semana. No hubo diferencia entre el tipo de bullying practicado contra niños y niñas. Solo se verificó que había más niñas que niños entre las víctimas de bullying hecho por hermanos.

De acuerdo con los resultados obtenidos, aquellos que fueron intimidados con frecuencia en la infancia eran aproximadamente dos veces más propensos a tener depresión, ansiedad y comportamientos de auto mutilación que los que no sufrieron malos tratos/bullying por los hermanos en la infancia. El asedio moral frecuente, practicado por un hermano, fue asociado con la clase social más baja y con niveles más altos de depresión materna durante el embarazo. Según los investigadores, el bullying de hermanos tiende a presentarse en familias con niveles de mayor violencia doméstica y con malos tratos a los niños.

Padres y madres pueden no intervenir en estos casos, ni buscar ayuda para la víctima, pues muchas veces son ellos también los agresores. Sin embargo, parientes, profesores y adultos que conviven con estos niños tienen que desempeñar un papel importante interviniendo para prevenir daños futuros a la salud mental de esos niños. Además de la denuncia, buscar ayuda profesional para estos casos es esencial. Es necesario adoptar medidas para combatir el bulliyng dentro del hogar, y para esto es importante comprender de dónde viene el comportamiento agresivo, quien practica el bullying y quien lo mantiene. Se espera que este agresor también sea víctima en alguna circunstancia.