El agua es indispensable para la vida, el cuerpo está compuesto por aproximadamente un 60% de agua. Cada tejido, órgano y sistema funcionan en base a líquidos. El agua ayuda a hidratar la piel y a controlar la temperatura del cuerpo. Se recomienda consumir, como mínimo dos litros de agua por día (entre ocho y diez vasos).
Descanso suficiente
Una buena calidad de vida depende mucho de los hábitos de descanso. Cada célula del cuerpo necesita descansar por un tiempo suficiente cada día. Especialmente las neuronas. El descanso promueve la eficiencia mental y física del cuerpo, reanimando las defensas del organismo. El sabio uso del descanso mejora la salud y la restauración, relaja y promueve la recuperación de las energías gastadas durante el día. La recomendación es irse a la cama temprano a fin de poder dormir por lo menos de siete a ocho horas.
Ejercicio físico
Aun cuando se sabe que el ejercicio físico es vital para preservar la salud, muy pocas personas le dedican tiempo para practicarlo. Es necesario caminar por lo menos treinta minutos diarios, e invertir el mismo tiempo en alguna otra actividad física.
Luz solar
La luz del sol es imprescindible para que el organismo produzca la vitamina D, la cual es indispensable para la absorción de calcio y su correspondiente utilización en los huesos. Además de esto, la luz solar ayuda a liberar la serotonina, un neurotransmisor de la felicidad, que mantiene a la persona alerta, le ayuda a controlar la ansiedad y el apetito, le da más sensación de saciedad, mejora el estado anímico y colabora con el proceso del aprendizaje.
Aire puro
El oxígeno es fundamental para preservar la vida. Entre otras cosas, este es indispensable para la oxidación de los alimentos, liberando la energía necesaria para el cuerpo. Por esto, resulta necesario comenzar cada día con respiraciones profundas en un lugar abierto, mantener la casa y el cuarto bien ventilado y, siempre que sea posible, salir de la ciudad para respirar el aire más puro.
Nutrición adecuada
La alimentación es uno de los factores más influyentes sobre la salud. Resultan importantes no solo el tipo de alimentos que se consumen, sino que también lo es la cantidad y la forma en que se los prepara. Una dieta vegetariana es ideal para mantener una buena calidad de vida. Incrementa el consumo de frutas, verduras, legumbres y tubérculos. Ten un buen desayuno por la mañana, un almuerzo moderado y una cena liviana. Evita lo máximo que puedas el hecho de comer entre las refecciones.
Temperancia
La temperancia puede ser definida como la abstinencia de lo que es malo y el consumo moderado de lo que es bueno. Existen muchos productos que son nocivos para la salud (tabaco, alcohol, bebidas estimulantes y drogas), de los cuales tú debes alejarte.
Esperanza y confianza en Dios
El estado mental afecta directamente a la salud. Por ejemplo, una persona depresiva y malhumorada estará más tiempo enferma que una que ve todas las cosas de una manera positiva. La mayoría de las dolencias físicas provienen de la mente. Los enfermos que desean ser curados, tienen más posibilidades que aquellos que ya perdieron toda esperanza. Es por esto que resulta necesario intentar mantener un equilibrio entre las dimensiones física, mental y espiritual. Una buena manera de conseguir esto es por medio de la fe en Dios, porque él puede ayudar a enfrentar los desafíos y problemas.