Pornografía y las prácticas sexuales inseguras

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Pornografía y las prácticas sexuales inseguras

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shutterstock_168987227Durante algún tiempo, el acceso a los contenidos pornográficos era de cierta forma difícil. Actualmente, un clic es suficiente para llevar a los niños y adultos a recorrer un universo de fotos y videos de tenor pornográfico.

Entre los contenidos disponibles en Internet, los contenidos eróticos tienen el mayor potencial de vicio. Pero hacerse un vicioso no es el único problema de este tipo de contenido. En un estudio de revisión, en el cual fueron analizados 17 estudios científicos, se verificó que existe relación entre el consumo de pornografía (en Internet o fuera de ella) y una mayor incidencia de prácticas sexuales inseguras y con un número mayor de parejas sexuales.

Muchas de las prácticas sexuales inseguras terminan en transmisión de enfermedades o embarazos. De acuerdo con el resumen del Informe de situación de la población mundial 2013, de INFPA: Fondo de población de las Naciones Unidas,

“Todos los días 20 mil niñas con menos de 18 años dan a luz en países en desarrollo. Nueve de cada 10 de esos nacimientos ocurren dentro de un casamiento o de una unión. Del total anual de 7,3 millones de nuevas madres adolescentes, dos millones tienen menos de 15 años; si continúan las tendencias actuales, el número de nacimientos provenientes de niñas con menos de 15 puede llegar a tres millones por año en 2030”.

En cuanto a las enfermedades sexualmente transmisibles, se estudian y aplican diversas acciones��con el objetivo de reducir la trasmisión de esas enfermedades. Si pensamos en SIDA, por ejemplo, de acuerdo con datos de UNAIDS: Programa de las Naciones Unidas sobre HIV/SIDA, “en todo el mundo se estima que 4,5 millones de jóvenes (15-24 años) y 2,1 millones de adolescentes (con edad entre 10-19) vivían con el HIV hasta el final de 2012”. Una de las 10 metas establecidas por los Estados-Miembros en la Declaración de 2011 de la Política sobre HIV y SIDA de las Naciones Unidas es “reducir la trasmisión sexual en 50% hasta 2015”.

Pero, ni la lucha contra la transmisión de enfermedades sexualmente trasmisibles, como el SIDA ni la lucha contra el embarazo precoz pueden ser plenamente eficaces si elementos que colaboran para las prácticas sexuales inseguras no se combaten también. Si el consumo de pornografía, en sus diferentes formas es un estímulo a las prácticas sexuales inseguras, necesitamos luchar también contra la pornografía.