Heridas Abiertas

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Los niños violentados en la infancia pueden crecer con dificultades de relacionamiento y necesitan de ayuda profesional.

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Al igual que los borrones en un cuaderno dejan marcas, el abuso sexual infantil también deja huellas en la historia de los niños que fueron víctimas de este crimen durante sus primeros años. En muchos casos, comprender lo que ocurrió en una habitación oscura o incluso en un entorno por el que pasan más personas solo cobra sentido años después, causando daños que pueden afectar a las relaciones en ámbitos muy diversos.

Aunque la ayuda de familiares y profesionales de la salud pueden suavizar las marcas del dolor, estas continuarán existiendo, explica el doctor Pablo Canalis en esta entrevista. Con posgrados en Psiquiatría y Medicina de la Familia y la Comunidad, tiene 15 años de experiencia en casos que incluyen personas que sufrieron una infancia mancillada por el abuso de quienes deberían haberlas protegido. A continuación, él explica cómo construir una relación saludable, respetuosa y madura a pesar de lo que se haya sufrido en el pasado.

Cuando alguien fue víctima de abuso sexual en la infancia, ¿entiende realmente lo que le sucedió?

Depende mucho de la edad. Entre los 6 y los 9 años, si el niño no ha recibido información previa sobre este tema, no comprenderá lo que le está sucediendo.
Puede darse cuenta que está mal, pero no conoce el motivo. Especialmente porque el abuso sexual es cometido más frecuentemente por personas que son próximas a la familia. Hay casos en los que otros niños cometen el abuso, como si fuera un “juego”.

¿De qué manera esto impacta en la mente de ese niño? ¿Tiende a culparse a sí mismo o a su agresor?

La víctima tiende a culparse porque el agresor coloca la culpa sobre el niño. Generalmente, esa culpa se mantiene hasta la edad adulta. El niño que sufre abuso, usualmente, se volverá retraído e incluso podría tener problemas para ir al baño. Ese es un tipo de consulta que los pediatras reciben con mucha frecuencia: las madres llevan a los niños al médico porque volvieron a orinar su cama o a defecar en su ropa interior. El abuso impacta mucho en la mente del niño, crea confusión en su mente y los carga con una culpa muy pesada.

¿Y cuáles son los efectos en la edad adulta?

El abuso puede impactar en la víctima de diversas maneras, provocando varias dolencias como depresión, trastornos de personalidad y bipolaridad. Especialmente los cuadros depresivos pueden estar acompañados por tendencias suicidas. También afecta el desarrollo psicológico de la sexualidad y puede perjudicar las relaciones románticas. Cuando ocurre un evento traumático como este, la víctima tiende a aislarse en vez de buscar una relación afectiva estable. Por lo general, en esta fase los problemas están muy presentes, pero también existe un pequeño porcentaje de pacientes que sufrieron abuso y que no se ven alterados de la misma manera que otras personas. Además de su capacidad de resiliencia, el nivel con el que fueron afectados es menor.

Cuando las víctimas no cuentan con ayuda profesional, ¿cuáles son los resultados en la construcción de una nueva familia?

Algunas personas no tienen problemas para constituir una familia, pero muchas se ven en una situación de desconfianza y desarrollan problemas en su forma de relacionarse sexualmente. Tienen una necesidad mayor de factores de confianza que las ayuden a unirse a su cónyuge.

¿Qué debe hacer alguien que sufre de este trauma para encontrar alivio? ¿Existe una salida?

Por diferentes razones, tenemos muchos preconceptos con la salud mental, pero actualmente hay mucho respaldo académico para entender cuán importante es una buena terapia. También es importante complementar el tratamiento con un vínculo familiar adecuado, con una vida espiritual saludable, alimentación adecuada, actividad física y satisfacción laboral. Todo eso hace parte del día a día, y necesita ser tenido en cuenta para obtener buenos resultados al enfrentar cualquier dolencia o situación que involucre la salud mental. El cerebro es parte fundamental de nuestro cuerpo y necesitamos cuidar bien de él. En la Biblia, incluso, encontramos referencias al cuidado esencial de nuestros sentidos. Por eso, necesitamos dar especial atención a nuestro cerebro.

Fuente: Revista Basta de Silencio 2024 - Entrevista Pablo Canalis | por Jefferson Paradello