La infancia es una fase esencial en crecimiento del ser humano. Las experiencias y estímulos vividos en este período influyen en el desarrollo físico, psicológico y cognitivo del individuo a lo largo de toda su vida. Cuando las víctimas de abuso y violencia infantil no reciben un tratamiento postraumático, existe la posibilidad de que aparezcan una serie de daños emocionales que podrían perdurar e intensificarse en las fases siguientes. En América Latina, las denuncias aumentan cada año. Las estadísticas más recientes publicadas por el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en 2022 revelan que dos de cada tres niños de América Latina y el Caribe sufren algún tipo de violencia física, ya sea en casa, en la escuela o en la calle.
Además del castigo físico y la agresión psicológica durante la etapa de la infancia (0-3 años), el informe de UNICEF también señala que el abuso sexual es un problema persistente para millones de niños y adolescentes en todo el mundo. Tal vez, conozcas a personas cercanas que han pasado por esta situación. Es imprescindible saber cómo lidiar con ese trauma y mitigar las marcas de comportamiento dejadas a largo plazo.
Keise Brenha, psicóloga especialista en terapia cognitivo-conductual, explica que el abuso lleva a la dificultad de confiar en los demás, incluidos amigos, familiares y autoridades. "Si la persona necesita pedir ayuda, puede sentir temor de no ser tomada en serio o de no recibir el apoyo necesario. Por ejemplo, un niño abusado por adultos puede generalizar y creer que todos los adultos son malos y le harán daño", aclara. En la mayoría de los casos, los principales tipos de abusos que un niño puede sufrir son: sexual, físico y emocional.
LOS DIFERENTES TIPOS DE ABUSO
Abuso Físico
Provocado por un adulto o responsable, cualquier lesión intencional que sufre un niño o niña es un abuso físico. Más de 20 países, como Suecia, España, Alemania y Uruguay, tienen leyes que prohíben los castigos corporales por parte de padres y cuidadores como forma de educación. En 2014, Brasil aprobó la Ley 13.010, conocida como Ley de la Palmada. En su artículo 1º, esta ley establece que "el niño y el adolescente tienen derecho a ser educados y cuidados sin el uso de castigo físico o de trato cruel o degradante, como formas de corrección, disciplina, educación o cualquier otro pretexto, por parte de los padres, parientes, responsables, agentes públicos ejecutores de medidas socioeducativas o cualquier persona encargada de cuidarlos, tratarlos, educarlos o protegerlos".
Abuso sexual
Considerado un problema de salud pública por el Ministerio de Salud de Brasil desde 2015, el abuso sexual infantil puede ocurrir en varios contextos, incluyendo dentro de la familia, en instituciones como escuelas o guarderías, por parte de cuidadores o personas en posición de autoridad sobre el niño. Esta violencia no está limitada a los lugares que el niño puede frecuentar, sino que también se extiende al ambiente virtual.
En 2023, Brasil batió el récord de denuncias por abuso sexual de niños en Internet. Ese mismo año, la ONG Safernet Brasil registró un aumento del 77% en comparación con el año anterior y el mayor número de la serie histórica, que comenzó en 2005.
Abuso emocional
El abuso emocional puede ser tan perjudicial como las otras formas de violencia, y puede involucrar el uso de palabras, gestos o actitudes para controlar o intimidar. Un ejemplo de esto es cuando se ignoran las necesidades emocionales de un niño y no se le brinda el apoyo o afecto apropiado, sino que se le rechaza constantemente y se le invalida psicológicamente.
ES IMPRESCINDIBLE RECONOCER ESTOS PATRONES DE COMPORTAMIENTO
Y BUSCAR AYUDA PARA PROTEGER AL NIÑO Y OFRECER EL APOYO
NECESARIO PARA SU RECUPERACIÓN EMOCIONAL.
Consecuencias de los abusos en la fase adulta
La doctora Érica Zaneti, especialista en salud mental, explica que las consecuencias de los abusos infantiles son muchas. Entre ellas están: alteraciones del comportamiento, dificultad para manejar las finanzas, vulnerabilidad social, baja autoestima y dificultad para relacionarse de forma saludable. Las consecuencias también pueden generar cuadros psíquicos entre moderados y graves, tales como:
Trastorno de estrés postraumático:
es una condición en la que el individuo desarrolla un cuadro de ansiedad intensa específica después de una situación de amenaza a su integridad física o psicológica. Este cuadro es altamente disfuncional, ya que lo incapacita para las actividades cotidianas. Muchas veces se trata solo como un cuadro de trastorno de ansiedad, sin considerar los factores desencadenantes del mismo y su abordaje psicológico durante el tratamiento, lo que dificulta el restablecimiento de las funciones psíquicas normales y una mejor calidad de vida.
Trastorno de personalidad
Caracterizado por un desvío de comportamiento, este tipo de trastorno es un conjunto de enfermedades psiquiátricas. Es uno de los más delicados de tratar, ya que generalmente el individuo no percibe que necesita ayuda. Sin embargo, sufre y hace sufrir a quienes están a su alrededor, ya que su comportamiento lo afecta de forma global, o sea, en todas o casi todas las áreas de la vida. Los trastornos asociados con el historial de abuso son varios, los más comunes son: narcisismo, borderline, histriónico, evitativo y dependiente.
Trastornos de ansiedad
Las víctimas tienden a estar alertas ante situaciones simples y cotidianas, desarrollando una extrema vigilancia en cualquier momento, lo que desencadena un cuadro de estrés crónico, aumenta el riesgo de crisis de pánico y puede llevar al desarrollo del trastorno de ansiedad generalizada.
Depresión
El historial de abuso también puede llevar a un cuadro de humor deprimido y embotamiento afectivo de forma crónica, lo que aumenta el riesgo de trastorno depresivo recurrente, lo que ocasiona pérdida de funcionalidad y calidad de vida del individuo. La depresión, incluso, es una de las principales enfermedades incapacitantes del mundo, lo que causa consecuencias sociales, laborales y financieras de alto impacto.
Trastornos alimenticios
El individuo a menudo distorsiona su relación con la alimentación como una forma de escape, ya sea teniendo una visión equivocada de su imagen o buscando un mecanismo de confort en la comida. El antecedente de abuso también se configura como un factor de riesgo para el suicidio. Sus consecuencias impactan la vida social, emocional, profesional y financiera, así como el sentido de propósito y el significado de la vida.
¿Cómo ayudar?
La doctora Érica explica que la mejor forma de ayudar es prevenir. Ella relata que "debemos estar atentos a los entornos en los que se encuentran los niños, así como a los individuos que los supervisan y las actividades que realizan. Lo más importante es crear un vínculo y una relación de apertura con el niño o la niña a fin de que se sienta cómodo para hablar sobre todo lo que le sucede". Una vez que los padres y responsables identifiquen el problema, seguir alguno de los siguientes pasos:
01- Estar atento a las señales. Estas pueden incluir lesiones físicas inexplicables, cambios repentinos de comportamiento, problemas de salud mental, dificultades académicas, miedo a volver a casa o estar cerca de ciertas personas.
02- Documentar sus preocupaciones. Esto incluye tomar nota de cualquier observación o conversación que haya tenido con el niño que levante sospechas. Esto puede ser útil en caso de que necesite informar sus preocupaciones a las autoridades.
03- Al confirmar las sospechas, informar inmediatamente a las autoridades competentes. Esto puede incluir servicios sociales, la policía, el consejero escolar o profesionales de salud. ¡Se tomarán medidas para ayudar y proteger al niño!
Formas de lidiar con las consecuencias
Para concluir, la psicóloga Keise Brenha ofrece consejos para ayudar a los responsables a a lidiar con los niños que se han convertido en víctimas. "Primero que todo, ofrezca apoyo y aliento. Haga que el niño sepa que no está solo y que no es culpable de lo que está sucediendo o ha sucedido", enfatiza. Las palabras de afirmación son aliadas en este proceso. "Dígale que estará a su lado en todo momento, ya que el niño puede necesitar apoyo continuo a lo largo del tiempo para manejar los recuerdos, memorias, miedos e incluso las consecuencias como trastornos emocionales durante su vida", orienta.
En este momento, es crucial contar con buenos profesionales de la salud que brinden seguimiento y atención apropiada al caso. "Por más difícil que parezca la situación, vale la pena recordar que, con el apoyo adecuado, es posible enfrentarla y manejarla", explica la psicóloga. Hay profesionales especializados en ayudar en estos casos, como psicólogos, tarapistas familiares y psiquiatras, quienes proporcionarán el seguimiento adecuado en situaciones graves como el abuso infantil. Por último, pero igualmente importante:
¡DENUNCIA! A través de una llamada, que incluso puede ser anónima,
puedes reportar un caso o sospecha de violación de los derechos de
niños y adolescentes y contribuir a proteger a este grupo tan vulnerable.
Fuentes:
UNICEF. Duas em cada três crianças na América Latina e no Caribe sofrem violência. UNICEF Brasil, 26 out. 2017. Disponible en: https://www.unicef.org/brazil/comunicados-de-imprensa/duas-em-cada-tres-criancas-na-america-latina-e-no-caribe-sofrem-violencia. Ingreso el: 26 junio 2024.
JORNAL SEMANÁRIO. Perigo na internet: pais devem orientar as crianças sobre o uso seguro das redes sociais. Jornal Semanário, 18 febrero 2020. Disponible en: https://jornalsemanario.com.br/perigo-na-internet-pais-devem-orientar-as-criancas-sobre-o-uso-seguro-das-redes-sociais/. Ingreso 26 junio 2024.
SAFERNET BRASIL. SaferNet recebe recorde histórico de novas denúncias de imagens de abuso e exploração sexual. SaferNet Brasil, 21 enero 2021. Disponible: https://new.safernet.org.br/content/safernet-recebe-recorde-historico-de-novas-denuncias-de-imagens-de-abuso-e-exploracao-sexual. Ingreso: 26 junio 2024.