Violencia obstétrica

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Violencia obstétrica

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shutterstock_219649150Todos los días miles de mujeres son víctimas de la llamada violencia obstétrica. Uno de los momentos más especiales y delicados de la vida de una mujer también es, con frecuencia, un momento de falta de respeto.

Para comprender mejor este asunto conversamos con Juliana Oliveira. Juliana es madre, asistente de parto y fundadora del sitio Mãe Saudável.

RS: ¿Qué es violencia obstétrica?

Juliana: Violencia Obstétrica es cualquier acto o intervención dirigido a la mujer embarazada, parturienta o en puerperio, o a su bebé, que haya sido practicado sin el consentimiento explícito e informado de la mujer/matrimonio y/o sin respeto a su autonomía, integridad física y mental, a sus sentimientos, opciones y preferencias.

RS: ¿Qué situaciones son comunes en la atención a una parturienta y qué no son necesarias?

Juliana: La situación más común donde una mujer se siente violentada es sobre su derecho de elegir. Muchas de ellas desean el parto normal desde el comienzo y sus médicos van llevando los nueve meses con el “vamos a ver”, “si todo va bien”. La mujer cree en ese profesional. Cuando se acerca a las 39 semanas lo temido sucede, mil disculpas comienzan a aparecer y mucha presión para marcar la cesárea. A muchas se les niega el acompañante en el momento del parto, lo que, en el caso de Brasil, está garantizado por la ley desde hace más de diez años.

Otras son humilladas verbalmente por los profesionales cuando están sintiendo dolor en las contracciones. Muchos exámenes de toques sin necesidad (procedimiento doloroso e invasivo) quedan en ayunas sin poder comer o tomar agua, deben estar acostadas la mayoría del tiempo (en muchos lugares no pueden moverse, caminar, agacharse o elegir la posición que desean.

Si estudiamos la medicina basada en evidencias científicas, y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, comprobamos que no debe usarse en la rutina la oxitocina sintética (que aumenta el dolor de la mujer y la intensidad de las contracciones), la episiotomía (corte vaginal, que afecta la piel y músculos, causando mucho dolor y una recuperación difícil), tricotomía (raspado de los pelos pubianos) o lavados intestinales, maniobra de Kristeller (en el momento de la expulsión un enfermero empuja con fuerza la barriga de la mujer, lo que puede causar ruptura uterina y lastimar al bebé).

O sea, las mujeres que tuvieron un parto normal hospitalario, en su gran mayoría pasaron por esos procedimientos no necesarios sin saberlo. Tuvieron experiencias dolorosas y traumáticas de parto y se sintieron totalmente perdidas, solas, con miedo, con dolor, sin apoyo y con marcas profundas.

Un parto será recordado para siempre por la mujer y si ella sufre violencia obstétrica tendrá más dificultad en el posparto, en el amamantamiento, muchas veces desarrollando una depresión posparto.

Todo eso sin contar con las innumerables intervenciones con los bebés que también son blanco fácil de violencia: uso de colirio nitrato de plata (causa dolor e irritación), procedimientos con los bebés en los primeros minutos de vida (la primera hora debe ser la hora de oro, donde el bebé debe dejarse en contacto piel a piel con la madre y estimularse el amamantamiento). Retirada del vérnix en el baño (que protege al bebé y ayuda en la formación del sistema inmunológico), corte del cordón umbilical antes de dejar de pulsar (disminuyendo el aporte de sangre contenido en la placenta, aumentando los riesgos de anemia), aspiración por la nariz, boca y ano (procedimientos que no deben usarse como rutina que causa mucho dolor e incomodidad al bebé).

Todos esos procedimientos son considerados violencia obstétrica en el caso que la madre/matrimonio, no lo autoricen.

RS: ¿Cómo podemos protegernos de ese tipo de violencia?

Juliana: La mayor protección es la información. Solo sabremos que los procedimientos son violentos y no necesarios si entendemos los motivos y por qué no deben usarse. También debemos conocer cuáles son nuestros derechos y cómo debemos proceder para que se respeten en el momento del parto.

Es importante también participar de alguna red de apoyo, sea por grupos en Internet (Facebook, WhatsApp), o presenciales como grupo de gestantes. La asistente también es una mentora de gestante, que puede ofrecer información y ayudar a la mujer en el proceso de gestación, parto y posparto, dando seguridad y apoyo físico y emocional.