Violencia en la infancia y desarrollo de trastornos psicológicos en la vida adulta

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Violencia en la infancia y desarrollo de trastornos psicológicos en la vida adulta

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El combate a la violencia cometida contra niños y adolescentes es no solo una manera de reducir las estadísticas sobre la violencia en el presente, sino también una forma de prevenir problemas en el futuro. Entre los problemas que pueden desarrollarse como resultado de eventos violentos en la infancia y la adolescencia están los trastornos psicológicos.

En un estudio publicado en el 2013, los investigadores analizaron 10 estudios acerca de los efectos en la salud mental de adultos que sufrieron traumas de violencia en la infancia. Los estudios analizados habían sido publicados entre los años 2000 y el 2011.

A continuación, presentamos una lista de los resultados señalados por esos 10 estudios:

  • Existe una fuerte asociación entre las niñas que fueron abusadas sexualmente y los síntomas depresivos en la vida adulta.

  • Las personas que sufrieron algún tipo de trauma en la infancia presentan menos estrategias para tratar con la depresión.

  • El abuso sexual en la infancia está relacionado con varios trastornos mentales, inclusos los trastornos del humor.

  • Las mujeres que sufrieron abuso físico y sexual en la infancia tienen más posibilidades de sufrir depresión y distimia en la vida adulta.

  • Hay una relación entre el maltrato en la infancia y los trastornos del humor unipolares y bipolares.

  • El abuso sexual es factor de riesgo para las psicopatologías en el adulto, como los trastornos del humor.

  • Los sucesos traumáticos en las mujeres afrodescendientes aumentan el riesgo de suicidio y los índices de trastornos del humor.

La depresión, distimia y la bipolaridad son problemas de salud mental que traen mucho sufrimiento a la vida del paciente y a quienes conviven con ellos. En general, el tratamiento es caro ya que las personas con estos trastornos carecen de acompañamiento  psicológico y muchas veces también psiquiátrico (que a veces es acompañado de medicamentos).

Combatir la violencia contra niños y adolescentes, en todas sus formas, es una manera de evitar un futuro lleno de trastornos para jóvenes y adultos. Sin embargo, desgraciadamente, muchas veces solo podemos actuar después de que el episodio de violencia ya pasó. En esos casos, es esencial que el niño o adolescente agredido reciba apoyo terapéutico con un profesional adecuado, como acción preventiva contra el desarrollo de problemas futuros.